¿Comencemos a comediarnos? Ahora sí que la cosa se pone buena, ¡la mujer por fin puede actuar!

Desde el Renacimiento por fin podemos hablar sobre teatro refiriéndonos ya a un espacio en específico donde se ve una representación. ¡Pucha que nos costó! Lo teocéntrico es dejado a un lado y el ser humano adquiere un papel fundamental junto con su autonomía de pensamiento y accionar, ¿liberador, no? ¡Gracias Italia por ser la cuna de este movimiento! Ahora es el hombre dueño de su propio destino y esto se ve reflejado en varias ramas del arte, como la Pintura, Literatura, Teatro, Música, entre otros....¡Gracias a Dios! o a gracias a... , mejor dejémoslo así. 

Se retoman los ideales clásicos o grecolatinos que la iglesia de la Edad Media había olvidado. Por lo que vuelve la armonía y proporción a tomar parte de la composición y estructura del arte. Conmovedor. Así surge la comedia del arte y funciona como un género teatral popular del siglo XVI, basado principalmente en la intriga, el amor y la comedia de enredo oponiéndose al teatro de la nobleza. Su esencia recae en utilizar arquetipos populares desde toda una nueva ornomentación (como las máscaras) para codificar sus caracteres por medio del proceso satírico o cómico. Asimismo, la figura de la mujer comienza a tomar protagonismo, ya que...¡al fin hay actrices!