(…) “Para el Señor todo es un juego de niñas”.

La figura de Fausto de Goethe refleja la caída de los ideales del hombre ilustrado que ahora se moviliza hacia el Romanticismo. El desencanto del siglo de las luces funciona en la medida que ahora hasta los deseos más oscuros del alma humana parecieran ser más claros. 

El doctor Fausto, como loco enamorado "hace estallar el sol, la luna y las estrellas para la diversión de la amada" (37), pero ¿qué amada? La de la mirada dulce y pómulos colorados, la pequeña coqueta y discreta de catorce años. Margarita, inocente e ingenua (o eso pareciera), ¡Oh, pobre Gretchen! que se aprovechan de tu pureza, ¿por qué un montón de polvo tuvo que fijarse en tu belleza?

 Así mismo pasa con las "Lolitas" de Nabokov (Dolores H.) o Kubrick, y es que este arquetipo de la "niña inocente" en donde interviene un deseo/fetiche sexual pareciera no haber cambiado mucho. Pero... ¿cómo andamos hoy? Que no se reitere  no quiere decir que no ande por ahí volando, sí, entre medio de la neblina de las perversiones. 

Por otro lado, temas como el incesto, la moral, el mito del progreso y el psicoanálisis pueden tener interesantes vínculos desde este plano, pero cuidado, que ni por todo el conocimiento que obtengamos, podemos objetivar a los fantasmas instintivos del ser humano.